La Corte de lo Administrativo de Viena ha sentado un nuevo precedente en la protección de animales al condenar a una cadena de supermercados por no haber respetado los derechos de buenas condiciones de vida de las langostas que ofrece a la venta.
Así lo informó hoy el diario "Kurier", tras la confirmación de la condena en última instancia, que en Austria es el Tribunal Supremo de lo Administrativo, que prohíbe a la cadena de supermercados la venta de langostas.
Además, el empleado del supermercado responsable del mantenimiento de los crustáceos en un acuario ha sido penado con una multa de 316 euros, o dos días y 13 horas de prisión, por haber infringido la ley de protección de animales.
Como un "gran paso" calificó la decisión de los jueces supremos Josef Ferber, de la Oficina de Veterinaria de la Ciudad de Viena, que, junto a organizaciones de defensa de los animales, había presentado la denuncia, y espera sentencias similares en cuatro casos más.
Las langostas vivas ofrecidas a la venta en el acuario de una filial de la citada cadena de supermercados estaban "en una espacio muy estrecho, sin un suelo adecuado (piedras, arena, etc) y sin ninguna posibilidad de refugio, con las pinzas atadas", destacaron los jueces en la argumentación de la condena.
Los responsables de esos animales fueron hallados culpables de no haber dado a las langostas el espacio suficiente, libertad de movimiento, un suelo adecuado, ni condiciones climáticas, como luz y temperatura, acordes a sus necesidades, añadieron.
La condiciones de vida de los crustáceos en los acuarios de algunos supermercados y restaurantes son muy diferentes a las que encuentran en su medio habitual, el mar.
Las langostas viven en solitario y durante el día suelen esconderse entre las rocas o en agujeros de la tierra, de los que salen sólo por la noche.
Así lo informó hoy el diario "Kurier", tras la confirmación de la condena en última instancia, que en Austria es el Tribunal Supremo de lo Administrativo, que prohíbe a la cadena de supermercados la venta de langostas.
Además, el empleado del supermercado responsable del mantenimiento de los crustáceos en un acuario ha sido penado con una multa de 316 euros, o dos días y 13 horas de prisión, por haber infringido la ley de protección de animales.
Como un "gran paso" calificó la decisión de los jueces supremos Josef Ferber, de la Oficina de Veterinaria de la Ciudad de Viena, que, junto a organizaciones de defensa de los animales, había presentado la denuncia, y espera sentencias similares en cuatro casos más.
Las langostas vivas ofrecidas a la venta en el acuario de una filial de la citada cadena de supermercados estaban "en una espacio muy estrecho, sin un suelo adecuado (piedras, arena, etc) y sin ninguna posibilidad de refugio, con las pinzas atadas", destacaron los jueces en la argumentación de la condena.
Los responsables de esos animales fueron hallados culpables de no haber dado a las langostas el espacio suficiente, libertad de movimiento, un suelo adecuado, ni condiciones climáticas, como luz y temperatura, acordes a sus necesidades, añadieron.
La condiciones de vida de los crustáceos en los acuarios de algunos supermercados y restaurantes son muy diferentes a las que encuentran en su medio habitual, el mar.
Las langostas viven en solitario y durante el día suelen esconderse entre las rocas o en agujeros de la tierra, de los que salen sólo por la noche.