Como en "Jurassic Parc" un científico "loco" John Van den Brooks ha conseguido un récord en biología creando a base de aumentar el oxígeno en el ambiente, un auténtico monstruo único en la historia
Está claro que para que hoy podamos vivir como lo hacemos, muchas especies aterradoras tuvieron que morir antes y... mucho antes. Pero como bien en la película de Spielberg, ‘ Jurassic Parc’ , siempre podemos contar con un científico loco que devuelva la vida a animales antediluvianos e incluso monstruos prehistóricos. Claro que el excelente actor Richard Attenborough que inspiró a Spielberg en lo que falló fue en colocar al hombre, en ese parque o jungla del ‘ Jurassic Parc’ , porque en realidad esos dinosaurios nunca coincidieron, en tiempo, con el hombre.
El caso del Dr. John Van den Brooks, quien ha logrado en pleno siglo XXI criar una libélula gigante en laboratorio aumentando simplemente los niveles de oxígeno en la atmósfera, es increíble. Los científicos consultados por ‘ Diáspora’ lo consideran imposible y bueno sería que el doctor ‘ loco’ de esta historia lo explicara a fondo. Afortunadamente, para su credibilidad, también demostró que no todos los insectos son afectados del mismo modo. Por las condiciones ambientales, el nuevo calentamiento global y hasta por la alimentación, etc...
Como seguramente muchos saben, en algún momento de la prehistoria, esta bonita Tierra que habitamos fue el hogar de libélulas gigantes, y de mariposas tigres cuyas alas alcanzaban los 70 centímetros de largo, mientras cazaban presas vivientes. Y hasta de murciélagos vampiros al menos por su tamaño. Hoy hay hombres-vampiro, pero sólo en Hollywood.
Hoy lidiamos con libélulas mucho más pequeñas que no ponen en peligro nuestras vidas (a no ser que el Pentágono no invente algo distinto), pero era cuestión de tiempo hasta que alguien intentara recrear estas prehistóricas criaturas.
El encargado fue el Dr. John Van den Brooks, quien después de varios años de experimentación, logró criar libélulas gigantes en su laboratorio de Arizona.
Tras largos estudios, alcanzó su objetivo aumentando el nivel de oxígeno en la atmósfera un 31% en un espacio aislado, mientras que lo normal máximo hoy día es solo un 20%. Pero según el experto, lo más difícil no fue la creación del lepidóptero gigante sino cuidarlo y alimentarlo.
Teniendo en cuenta que estos insectos acostumbraban a cazar sus presas, el hecho de que unos estudiantes voluntarios terminaran alimentándola con sus manos, parece bastante antinatural... eso si una libélula gigante puede considerarse "natural" hoy día.
Ante la acusación de que podía haber trampa biológica el autor de la proeza ha demostrado en la Sociedad Geológica americana que esto es posible
Hasta el momento no se creía que el gran tamaño de estos insectos no podía tener como causa los niveles de oxígeno pero, efectivamente, el hecho fue confirmado con este experimento dirigido por el Dr. Van den Brooks. La pregunta que queda por responder, es por qué ciertos grupos de insectos crecen con más oxígeno y otros, como las cucarachas, siguen siendo del mismo tamaño. Hasta el momento, la teoría más popular, le acredita el cambio a los conductos huecos de la tráquea, que algunos insectos utilizan para respirar.
Esto se sabe porque Van den Brooks, fiel al estereotipo del científico loco, intentó criar cucarachas gigantes y otros horrores similares, pero sin éxito. Pero estos no son los únicos resultados interesantes de sus estudios, ya que también se ha podido confirmar que diez de los doce tipos de insectos estudiados, decrecían de tamaño con menores niveles de oxígeno en la atmósfera.
En cambio, al subir los niveles de oxígeno, obtuvo respuestas mucho más variadas. Estos resultados y muchos más fueron presentados el uno de noviembre en la reunión anual de la Sociedad Geológica de Estados Unidos en Denver (Colorado). Y si Van den Brooks no llegara a tener éxito con su carrera científica, siempre podría armar su propia tienda de los horrores.
Existe cierta controversia acerca de cómo los insectos del período Carbonífero pudieron alcanzar proporciones tan descomunales. La forma en que el oxígeno se difunde por el cuerpo del insecto a través de su sistema respiratorio traqueal fija un límite superior al tamaño corporal, el cual parecen haber sobrepasado los insectos prehistóricos.
Se propuso originalmente según Harlé (1911) que el Meganeura era capaz de volar ya que la atmósfera en aquella época contenía una proporción de oxígeno mayor que la actual del 21%. Esta hipótesis fue descartada por otros científicos, pero ha encontrado aprobación más recientemente tras posteriores estudios sobre la relación entre el gigantismo y la disponibilidad de oxígeno. Si esta teoría es correcta, estos insectos gigantes habrían sido vulnerables a la disminución de los niveles de oxígeno y ciertamente no podrían sobrevivir en la atmósfera actual.
Sin embargo, investigaciones más recientes indican que los insectos realmente respiran, con «rápidos ciclos de compresión y expansión traqueal». Si esto es cierto, entonces no hay necesidad de postular la presencia de una atmósfera con una alta presión parcial de oxígeno.
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